¿Pagarías lo mismo…

por un helado de una bola que por un banana split? Ambos son helados…

por un coche sin aire acondicionado que por un deportivo con todos los extras? Ambos son coches…

por un piso que por una casa desarrollada para ser autosuficiente? Ambas son casas…

En las últimas semanas, he hecho entrevistas con personas encantadoras que me ofrecían puestos muy interesantes. Se auguraba un futuro laboral de desarrollo y crecimiento, en la que parecía que ambas partes podríamos aportarnos mútuamente.

Pese a que el entrevistador valoraba gratamente experiencia, formación, versatilidad y muchas otras características que se pusieron sobre la mesa en la entrevista, y que como candidata podía suplir… a la hora de la negociación, el salario económico (no el emocional) distaba mucho de remunerar la realidad del perfil solititado y, por tanto, ofrecido.

Era entonces, cuando tratando de encontrar el punto de equilibro entre expectativas salariales y disponibilidad presupuestaria del contratador, la cosa empezaba a torcerse. Las líneas rojas de la parte contratante tendían claramente hacia un salario mínimo, produciéndose el desequilibrio inmediato.

Y se me encendió la señal de alerta, ¿realmente estaba la empresa tratando de pagar un precio justo o es que mis expectativas salariales se habían disparatado? ¿Era justo el salario justo que me estaban ofreciendo? ¿O trataban de pedir duros a cuatro pesetas? Tuve que sacar papel y lapiz y hacer cuentas, muchas… hasta que descubrí que no, que no debería cuestionar mis líneas rojas, sino aceptarlas y pelearlas.

Y eran ellos, los que aferrados a mínimos establecidos, como el SMI o los salarios de convenio, los que pusieron en evidencia la precariedad laboral.

Me pareció un buen símil el del helado y espero que transmita lo que quiero reflejar, no me imagino la negociación con el heladero cuando se empieza a derretir la primera bola…

¿Te ha ocurrido una situación similar o conoces a alguien que se haya encontrado en esta situación? ¿Sabes ya cuál es tu precio justo?

Si es así, comparte para entre todos visibilizar la importancia de un equilibrio.